En algunas consultas recientes me percaté que lo más difícil para la mente es deshacer la obsesión de vivir con miedo y el temor a que «malo» suceda en el futuro, el actuar así es un mecanismo de defensa, nos mantiene presos de todos esos pensamientos oscuros y dolorosos, al repetirse una y otra vez generan un ciclo sin fin y creamos esas posibilidades catastróficas.
El exceso de pensamiento es considerado normal en el mundo actual, sin embargo esta costumbre tan arraigada que tenemos, lejos de beneficiarnos crea efectos opuestos, genera exactamente todo aquello que tratamos de evitar pensando en ello.
La explicación a esta conducta según los estudiosos del comportamiento humano se basa en que el cerebro tiene un sistema de defensa ante los ataques externos, todo esto lo traduce como un estado de alarma (peligro) y trata de protegernos de cualquier cosa que nos amenace, en nuestra biología se encuentran arraigadas esas memorias de supervivencia desde el principio de los tiempos.
Ahora bien la solución consiste en hacernos conscientes de esta manera de pensar y observar como genera cambios a nivel corporal; la respiración es una fuente de poder que nos conecta con el cuerpo directamente logrando tranquilizarnos, al respirar de manera consciente podemos serenar nuestras emociones y relajarnos poco a poco, debemos adquirir la habilidad de «observar» nuestros pensamientos, la meditación nos ayuda mucho a conseguir este objetivo.
También es de utilidad comprender que hay una adicción a pensar demasiado haciéndose un ciclo vicioso, sin llevarnos a ningún lugar, al adquirir el hábito de hacernos conscientes de lo pensamientos notaremos como entramos en un estado de calma y nos ayuda a tomar mejores decisiones desde un estado de equilibrio emocional.
@enyaspirit