Todo en el universo se encuentra unido bajo la misma energía, los minerales, los animales, las estrellas, los planetas, etc. hay una conexión invisible que nos vincula.
Los ancestros tenían una fuerte conexión con la naturaleza ya que a través de ella se sentían la comunión con Dios, respetaban a las especies y se guiaban por los ciclos de la tierra.
Se creía que cada uno tenía un animal de poder al nacer y éste se podía manifestar a lo largo de la vida, a través de los sueños, la presencia física del mismo y ocasionalmente en visiones donde también transmitía su poder.
Los shamanes eran los encargados de conectar el cuerpo con el espíritu y algunas veces cuando las personas enfermaban él utilizaba la Medicina de los animales.
Esta curación consistía en conectar energéticamente a la persona con su animal de poder y pedirle que curara el cuerpo físico, invocaba las cualidades del animal en la tierra.
El animal de poder era como un protector al que se podía acudir en momentos de oscuridad para pedirle su fuerza y orientación.